Existe una cierta relación entre la capacidad de carga de la cadena y el entorno de uso, que se refleja principalmente en los siguientes aspectos:
1. Factores de temperatura:
Las altas temperaturas reducen la resistencia del material de la cadena, lo que reduce su capacidad de carga.
Las bajas temperaturas hacen que el material de la cadena se vuelva frágil, lo que también reduce su capacidad de carga.
2. Factores químicos:
Los gases o líquidos corrosivos corroen el material de la cadena, reduciendo su resistencia y capacidad de carga.
Los entornos ácidos y alcalinos también aceleran la pérdida de la cadena por corrosión.
3. Factores de humedad:
Un ambiente húmedo acelera la oxidación y la corrosión de la cadena y reduce su capacidad de carga.
En un ambiente seco, la fricción y el desgaste de la cadena también reducen su capacidad de carga.
4. Factores de vibración:
La vibración frecuente acelera la pérdida de resistencia a la fatiga de la cadena y reduce su vida útil.
Una vibración intensa también puede provocar la rotura directa de la cadena.
Por lo tanto, al elegir una cadena, no solo se debe considerar su capacidad de carga inicial, sino también los factores del entorno de uso real para seleccionar los materiales y tamaños adecuados que garanticen un buen rendimiento de carga durante un uso prolongado. En el caso de cadenas utilizadas en entornos hostiles, se deben tomar las medidas de protección adecuadas.